Cómo cansa,
cómo cansa mirar el infinito
contemplando el misterio de la vida.
Traigo letargo bajo mis pies
terribles silencios de acomodo
esclava de mis afectos
de mi sangre y su regazo.
Cómo cansa tanto empeño
de la muerte por buscarme
¿Es que acaso no sería más simple
tomar mi mano y robarme?.
Cómo cansa ver el cielo
y con una estrella compararte
tanta distancia no da remedio
a este sueño que al amanecer
vuelva a contemplarte.
Cómo cansa la rutina
los zapatos, el traje.
El gastar las horas de mis días
en intereses detestables.
Cómo cansa dar reparos,
hacer ver que no soy inquebrantable,
que si bien respiro cada día,
me equivoco, me enfurezco,
lloro y río, como todo ser pensante.
Cómo cansa ver la soledad
arraigada en mi ropaje
y comprender sin argumentos
que para dar largo respiro
solo así he de quedarme.
Cómo cansa cerrar los ojos
y en la noche no poder dormir,
con la mente divagando
en todo lo que yo quiero vivir.
Cómo cansa,
cómo cansa mantenerme siempre en pie,
no pido comprensión,
no pido alago, solo permítanme
este pequeño arranque de confesión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario