domingo, 5 de diciembre de 2010

Cómo cansa...


Cómo cansa,

cómo cansa mirar el infinito

contemplando el misterio de la vida.


Traigo letargo bajo mis pies

terribles silencios de acomodo

esclava de mis afectos

de mi sangre y su regazo.


Cómo cansa tanto empeño

de la muerte por buscarme

¿Es que acaso no sería más simple

tomar mi mano y robarme?.


Cómo cansa ver el cielo

y con una estrella compararte

tanta distancia no da remedio

a este sueño que al amanecer

vuelva a contemplarte.


Cómo cansa la rutina

los zapatos, el traje.

El gastar las horas de mis días

en intereses detestables.


Cómo cansa dar reparos,

hacer ver que no soy inquebrantable,

que si bien respiro cada día,

me equivoco, me enfurezco,

lloro y río, como todo ser pensante.


Cómo cansa ver la soledad

arraigada en mi ropaje

y comprender sin argumentos

que para dar largo respiro

solo así he de quedarme.


Cómo cansa cerrar los ojos

y en la noche no poder dormir,

con la mente divagando

en todo lo que yo quiero vivir.


Cómo cansa,

cómo cansa mantenerme siempre en pie,

no pido comprensión,

no pido alago, solo permítanme

este pequeño arranque de confesión.

martes, 16 de noviembre de 2010

De la ausencia y de ti, Velia.



La Habana, 4, 69


Velia,

Hoy es la primera noche que no te veo. Hoy, también, me desperté cuando ya estabas en tu casa. Esto me hizo sentirme raro. Era como haberte perdido durante el sueño. Me había acostado tarde, muy tarde; parece que quería aguantar la noche o algo así. En fin, que era difícil, tú lo sabes.Me hubiera gustado besarte de nuevo, o, en realidad, besarte la última vez que lo hiciera. Lo del Malecón no fue un beso. Fue la cristalización de un pensamiento, de un deseo y no sé, algo así como una península del sueño breve. No te besé por la gente —¿te fijas que están en todas partes reprimiendo?—; subían y bajaban por aquel ascensor del demonio y me llevé la rabia. Repetirte que [borrón] ahora quisiera repetir el momentito aquel en que me pediste la mano, sobra. Quisiera que siempre fuera ese momento.

Aun cuando no estás no estoy vaciado. No es común; me parece como si se hubiese edificado algo grande [borrón] —pese al tiempo— pero sólido. Creo que ha sido bueno, que nos ha notado, que nos ha hecho mejores a los dos. Hay algo que me revuelve la imagen para el recuerdo que quisiste dejarme cuando viste que me contrariaba el lunes que venía, la despedida. Ahora no puedo recordarte sin saber que no estás a gusto dentro de esa sociedad que se desmorona, dentro de esa caricatura de comunidad en que te ha tocado vivir. Esto me altera, quisiera saltar allá —cuento de hadas— con yelmo y todo y rescatarte o hacer [ilegible] vivir despierto, tú lo sabes. Ahora lo importante es que me recibas a través de cada palabra, de cada frase; que en cada momento me sientas tendido hacia ti, presente en las pocas sonrisas verdaderas y en todas las hieles.Ahora lo importante es que no olvides lo que viste, que no te dejes hipnotizar por la rutina, que cada trampa del medio y los prejuicios se conviertan en un acicate para tu rebeldía [ilegible] que cuando te vayas a dormir pegues un grito y des un golpe, uno solo certero que te saque de lo cotidiano.Tienes que aprender a ver en cada gente, en cada acto, en cada cine, periódico, revista, fiesta, día de clases, un enemigo agazapado, un enemigo involuntario, pero no menos peligroso por esto. Tienes que saber que en tu casa todo conspira contra tu verdadera independencia, contra tu futuro, contra que te encuentres un día y te puedas [ilegible].No estás sola. Tienes mi país, su recuerdo como posibilidad real de hacer un mundo más justo y completo; tienes los recuerdos de Isla de Pinos, de aquellos muchachos metálicos que están estrellando el pasado contra el suelo que siembran. Tienes la tenacidad y la esperanza de todos los jóvenes que conociste aquí, las altas canciones de Vicente y Noel, las denuncias de Pablo, los ruidos de vida de Pancho y Yoyi y todas las noches que pudimos ver el amanecer sonriendo. Tienes el intento de puente de mis palabras. Me tienes a mí, que te sigo buscando.No quiero entristecerte con esto; no quiero que relaciones mis cartas con alguna desgarradura; no pienses en mí y en los planes delirantes [ilegible] siempre dialogando [ilegible] mojándome y dejándote mojar con aquella hermosa comunicación, con algo profundo como tus ojos que noté distintos —¿recuerdas?—, con algo sabio y sólido como todas las palabras de Teté.Cuando me fui aquella noche estaba asfixiado, chato como una tapa vieja; lleno de ruidos, sin salida, de signos hermosos pero estériles. Me di cuenta de que tenía que ver a Teté, que tenía que correr a su casa. Llegamos Vicente, Isabel y yo y allí, nos tendimos cada uno a una suerte. Yo casi no hablé y Teté me encontró mal. Entonces fue cuando dijo que a mí me tumbaba mi alma, que me tenía miedo desde siempre porque ella sabía que yo podía morir con solo decidirlo. Me estremeció y he estado pensando mucho tiempo. Cuando nos íbamos se adelantó conmigo y me dijo «¿Qué?, te duele México, ¿no?» Como ves, esta mujer me desviste cada vez que le da la gana y no pude hacer menos que sonreírme. Des... [ilegible] de mi madre e hice la canción. Una canción que voy a incluir en el disco pequeño que estoy haciendo. Se llama [palabra borrada] «De la ausencia y de ti, Velia». En cuanto esté el disco te lo envío. Si no está antes de que vengas, te lo daré en la mano, en agosto, ese mes que he comenzado a esperar desde anoche.No dejes de ser fuerte con Leticia. Ella vale. Procura hacer que vaya al médico y que no cometa el disparate de casarse o sucumbir con cualquier otro compromiso que la invalide. Dale ánimos y fuerzas; transmítele tus firmezas, tus ideas.En cuanto a ti, creo que es mejor no seguirte hablando por esta vez. Nunca terminaría de decirte cosas que quizá se convirtieran en monótonas de continuar. Cuando me quieras ver asómate a cualquier palabra que te guste, a cualquier canción que recuerdes, al dibujo que tienes sobre el infinito o al pequeño regalo que te hice aquella noche en el Malecón y que puedes ver desde cualquier ventana abierta. Cuando me quieras tocar, no cierres los ojos, ábrelos más que nunca y auscúltate, revisa que todo está en su puesto y que eres tú quien decide tus pasos. Aquí tienes el texto de tu canción:


«De la ausencia y de ti, Velia»


Ahora solo me queda buscarme de amante la respiración,

no mirar a los mapas, seguir en mí mismo,

no andar ciertas calles

y olvidar que fue mío una vez cierto libro

o hacer la canción y decirte que todo está igual,

la ciudad, los amigos y el mar,

esperando por ti.

Sigo yendo a Teté semana por semana, te acuerdas de allá?

Hoy habló de fusiles despidiendo muertos.

yo sé que ella me ama, es por eso tal vez

que te siento en su sala aunque ahora no estás

y se siente en la conversación,

o será que tengo la impresión de la ausencia y de ti.

No quisiera un fracaso en el sabio delito que es recordar

ni en el inevitable defecto que es

la nostalgia de cosas pequeñas y tontas,

como en el tumulto pisarte los pies

y reír y reír y reír madrugadas sin ir a dormir.

Sí, es distinto sin ti. Muy distinto sin ti.

Las ideas son balas hoy día y no puedo usar flores por ti.

Hoy quisiera ser viejo y muy sabio

y poderte decir lo que aquí no he podido decirte,

hablar como un árbol con mi sombra hacia ti,

como un libro salvado del mar,

como un muerto que aprende a besar para ti.


[Ilegible] y está gustando. Me hubiese complacido [palabra tachada] que fueras la primera persona en escucharla. En fin, que te mando un besote del tamaño de lo que quiero verte y un abrazo a Lety. No dejes de desear venir, por favor.




http://www.youtube.com/watch?v=dWQzFchMoPg

jueves, 11 de noviembre de 2010

He muerto tantas veces




He muerto tantas veces

que una más seguro no me hará daño.


Voy remolcando mis alas,

atando nuevos silencios a mi paisaje

Es que mañana quizás no me reconozcan

los que me conocieron antes


Paso por rutas oscuras

países que no tienen mapas

Viajo descalza de remordimientos

con la cabeza en alto,

mirando siempre el cielo.


He muerto tantas veces

y en cada cual cambio mi ropaje.


Me sumerjo en la carretera del olvido

no me detengo un segundo

hay vida esperando,

no hay tiempo que perder.


Vacilan mis pies en la nueva tierra

Vacilo yo ante tan compleja identidad

Como si el ser sumara y restara a sus haberes

las vidas y muertes que ha podido tocar


He muerto tantas veces

y a tus ojos he venido a parar.


Esconder nada puedo de lo vivido

y si me avergonzara también lo haría de mí

Todo lo que hay aquí, incluyendo mi sombra

es el resultado de mis inumerables formas de morir.


Hay tanto de mí suicida

tanto de mí asesina y asesinada

Tanto rumor oculto de mis antiguas vidas

y vestigios felices de mis nuevas llegadas.


He muerto tantas veces,

miedo no tengo, si muero otra vez

una nueva vida me ampara.



domingo, 24 de octubre de 2010

Hombre, mil veces hombre.


Hombre,

con soles arando el paisaje

y manos empuñadas de misterios

Tú que sabes abrazar al león

de tu pecho salvaje.


Hombre,

como tú hoy solo queda espanto

alzado en ausencias y desencanto

¿Cuándo vienen tus alas?

¿Cuándo tu abrazo?


Hombre,

que solos quedamos nosotros

sin conocer tu sonrisa levanta mares.

Reencarna tu espada en nuevos rosales

que aquí creemos, que aquí soñamos,

que aquí se cantan tus ideales.


Hombre,

que mal se paga el amor en la patria

que mata más la lucha por lo justo

que la delincuencia y su mordaza.

Hombre, quién más que tú merece

llamarse una y mil veces

hombre.

jueves, 14 de octubre de 2010

Para ofrecer.


Para ofrecer tengo muy poco,
tengo caminos de lluvia para compartir,
tengo noches eternas, en bares sin fin,
tengo un par de manos que nada saben de arte,
tengo racimos de palabras que nunca parten,
tengo unos ojos que no confian,
ni en lo que puedan reflejar,
tengo unos pies que solo saben caminar,
tengo miedos vanos, pasiones humanas,
razones de color, vida por amor.

No es mucho lo que puedo ofrecer, lo sé,
pero podemos hacer un trato,
pues de mis días puedo hacertelos atardeceres,
también podría darte noches estrelladas,
podría revelarte el secreto de una rosa,
y arrullarte el sueño desvelada.

Con una leve sonrisa a mis flores les devuelves el alma,
¿cómo no he de querer entregarte el mañana?
¿cómo no pretender hacer mias esas miradas?
¿cómo no recordarte en cada canción trovada?

Y mañana quizas me recuerdes,
y camines el amanecer frio restando tiempo,
aguardando el día cada vez más próximo,
ya lo has oido antes,
el viento y el tiempo vuelan más rápido,
cierra los ojos y ya despertarás reflejándome.

No desistas compañero, acabamos de partir,
prende velas al horizonte, mi barca te espera aquí,
para desojar margaritas en invierno,
para hacer un carnaval a tu encuentro,
para recorrer todos tus sabores y leer tus sonrisas,
para declararme rendida, ante tu guerra de caricias.


2007.

domingo, 22 de agosto de 2010

Mediastintas


No puede usted

pasarse del blanco al negro

esperando que en gris me pueda convertir yo


No somos acuarelas,

cual mezclar

al tono de su conveniencia.


Mi blanco en ese oscuro

no ha de mancharse

ni por usted, ni por los restantes.


Mediostonos, mediastintas

mediocres, mediodía.


Un paso al infierno

y otro al paraíso.



*

miércoles, 18 de agosto de 2010

La bohemia me consume o yo la consumo a ella


La bohemia me consume
o yo la consumo a ella,

No sé bien,
no lo tengo claro,
pero entre copas y humo
me veo distante
Tengo un nuevo carísma

No importa lo gris que sea el cielo
no importa cuan trilladas sean las canciones
no importa cuán amargo sea el vino

Estamos todos
extasiados en esa penumbra
liberando nuestros más oscuros pensamientos,
los que no asumimos a la luz del día,
los que queremos acallar, olvidar, dejar atrás.

Pero la sensibilidad nos mata
y ese tipo... que sale con canciones
que escuchaste quien sabe cuándo,
cuándo... cuando los días eran felices
cuando la gente cantaba en la calle
cuando las olas golpeaban la orilla
y tu saltabas, saltabas de alegría

La bohemia me consume
o yo la consumo a ella

Y mientras miro a la gente
ahogarse, destrozarse, me abstengo.
Dejé de fumar hace mucho
pero irónicamente a veces lo hago
en éstas penumbras
en estas noches ocultas

No sé si la noche me abduce
o yo me la traigo conmigo

El único sentido que tienen
últimamente mis días es la bohemia
el arrancar,
arrancar de mis malas decisiones
el creer que ahi,
ahi es el lugar preciso para volver a empezar,
para volver a construir mi castillo de arena.

La bohemia me consume
o yo la consumo a ella

Y bailamos, y gritamos,
y frenéticamente todos somos felices
y olvidamos los dolores
y brindamos por ellos
los que nos hicieron trizas la vida
y una carcajada feliz
y una caída tonta
y unos pasados que ya no existen
y unos futuros que no se ven

De pronto nada importa solo la noche

La bohemia me consume
o yo la consumo a ella.