viernes, 18 de diciembre de 2009

Cierta noche de verano.



No te conozco ni tu a mí, quizás cuando viajaba perdida en el aroma de los amaneceres de verano, sumida en el tren habré cruzado junto a ti alguna mirada, solo así viene a mi mente tu recuerdo, como una fugaz melancolía que sabe al día después de una gran celebración. O tal vez habrás sido una de las tantas personas con las cuales he tropezado tontamente caminando en los andenes del metro, mientras mi mente vagaba por lugares inhóspitos, vacíos de gentes pero lleno de la esencia sublime que te hace suspirar sin motivo aparente.

Y sin embargo mirarte se me hace una delicia, el cálido gesto de tu mirar nervioso al saberme con la mirada fija, como quien pretende no despertar de un bello sueño, me llena de ternura. Y como venido desde no sé dónde un destello en tu sonrisa me confirma el mayor de mis descubrimientos, somos cómplices.

¿ Quién te ha traído a esta orilla?, es intrigante que hasta hace unos minutos era solo yo y el mar, cantando vestigios de lo que aún no es, y ahora pálido y resplandeciente te sientas frente a mí, preguntando con tus manos en la arena que coincidencia absurda haría conocernos tan lejos de nuestro lugar. Muy bien sabía que llegarías, ya me lo dijeron las estrellas las miles de veces que mirando al cielo me he sentido pequeña, pero nadie dijo la hora, el día, y el lugar. Y el universo teje de tal forma nuestras vías que de la necesidad de arrancar del mundo, como si eso pudiese conseguirse en algún momento, propuso así la jugada, y la tarde se presenta sin reclamos, como si de esto no hubiera tiempo que quemar, mas la humildad a pedir lo que ya tiene derecho toda la humanidad, despertó mi lejanía y me recordó que también se puede vivir en el ahora.

- ¿Me permites compartir la playa?, es extensa y si quieres puedo ubicarme al otro extremo para siquiera pueda molestarte mi silueta oscura cuando para allí quieras mirar.-
- ¿Es que acaso llevo en mi mano la cadena de esta plena orilla?- respondí- no debes siquiera pretender conmigo consideración alguna, eres dueño y señor de lo que tus pasos han marcado, seré yo quien pretenda con esmero no incomodar la permanencia que debas tener aquí.-

Ruborizado por mi inesperada respuesta, sonríe débilmente y me extiende su mano, buscando con ello un saludo más formal, luego sin invitación alguna sentado está ya a mi lado, mirando el horizonte. ¡Vaya osadía!, mas me quedo en silencio, con los pensamientos alborotando todo en mi interior, es acaso la sensación familiar de tenerte tan carca lo que me hace echar a volar mis ganas de salir corriendo y mantenerme a salvo.

El aire toma un ritmo danzante y lo veo juguetear con tu cabello, no parece perturbarte ello y sigues manteniendo la serenidad buscando en el mar las respuestas más sorprendentes a lo que tu mente absorta no quiere revelar. Que ganas me dan de estar allí dentro y saber en que piensas, en que sueñas, de dónde vienen tus pies y a donde planean continuar, pero no sé nada, y tal pensamiento detiene por un momento todo ese flujo de sensaciones. Ni siquiera sé tu nombre, pero la sola idea de romper el silencio para averiguar tan absurda información me hace volver nuevamente a mi debate mental.

Al parecer mi cuestionamiento mental se hace evidente a tu vista y al descubrirme silenciosa y sin expresión aparente, abandonas la contemplación y el silencio y te vuelcas a mí, me miras como queriendo decir una gran verdad, exhalas el aire que quedaba vagando en tu interior y me dices:

-Sé que no me reconoces, han pasado muchas guerras y milenios de conquistas, he cambiado de color como así mi pensamiento y vocación. Y aunque jamás prometí que volvería yo sé bien que me esperabas, pero ya no es bueno hablar del pasado, aún sin haberte visto antes te reconocí de inmediato y veo que no me he equivocado, anda, tenemos una nueva vida aún por recorrer y aprender los nuevos sabores. Conóceme como quien aprende nuevamente a caminar después de mucho tiempo postrado, mira que yo haré lo mismo sin dejar que mi mirada y mis pensamientos se aparten de tu luz. Este es el más bello de los sueños pero no lo es del todo, no es coincidencia encontrarnos aquí, recuérdalo bien cuando la rutina retorne y te encuentres donde sueles despertar, buscarás preguntas a las respuestas que con tu mente amanecerán. Así como ahora te he reconocido en esta playa, lo volveré a hacer en la otra realidad, recuerda bien que el universo está a nuestro favor. Creo ya han sido palabras suficientes y los segundos terrenales amenazan con acabar, ¿vamos a caminar un momento?-

Y te paras frente a mi extendiendo tu mano para ayudarme a levantar, sin embargo mi cuerpo no se mueve, no puedo reaccionar a tantas palabras, y aún sin descifrarlas completamente algo en mí dice "tu lo sabes, siempre lo has sabido" . Lo miro fijo como esperando que aquella mirada pueda descubrirme las dudas, y solo encuentro paz, la más profunda de todas y dejo que los pensamientos se vayan con la brisa. Tomo tu mano y enlazada a ella me dispongo a avanzar, un paso, dos, tres, cuatro y de pronto ya mis pies no sienten la arena, se levanta mi cuerpo y el suyo junto a la brisa, nos hace volar, pero luego la brisa se transforma en un gran ventarrón, que me eleva más y más, tu en cambio vas descendiendo sin poder hacer más nada, y en mí emerge una angustia de volverte a perder. Antes que me desprenda irreversiblemente de tu mano me gritas,"Volveré por ti, siempre lo haré".

La luz del sol esta mañana de verano se escapa por la cortina y llega directamente a mi frente, al despertar de un salto siento aquel calor y el sonido del despertador elimina los pensamientos que emergen como corrientes hacia mí. Me bloquea la preocupación, ¿qué debo hacer? recordando qué día es, mas no tardo en descubrir que es sábado y olvidé apagar la fastidiosa alarma. Me vuelvo a meter en la cama y como un golpe cerebral llegan a mi todos los recuerdos.

¿Es acaso tan real como lo pude sentir?, sí, lo es y la certeza de creerlo acaba todas las dudas. Me arropo nuevamente y pretendo volver a dormir, quizá esta vez tenga suerte y nos encontremos nuevamente, en otro espacio, en otro tiempo...

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